"No estaba pensando, perdón", con esa frase iniciaba su monótona conversación, la que tardaba horas y me hacía bostezar. Esta vez no podía ponerle atención, todo era tan gris y tan rutinario que ya podía adivinar de que iba a terminar hablando.
Fue entonces que pasó. No supe de donde había salido todo, simplemente deje que todo tomará un curso en ese momento.
Echo su cuerpo para atrás como retándome a seguir con aquella terrible conversación. Yo no sabía que decir, entré en pánico “es sólo que…” e hice una gran pausa. Nos quedamos viendo fijamente a los ojos, yo deseaba desaparecer más que nada, ser succionada por el candente suelo sobre el que estaba. Fue cuando usé un parpadeo para recobrar mi fortaleza, para darme valor. “No por que hagas cosas malas eres una mala persona… es simplemente que te hacen quedar mal ante alguien” Abrió sus ojos y acercó su cabeza a mí, “acabas de dar en el punto” dijo, y dio un trago al líquido en su copa.
Yo comencé a temblar, no sabía si lo que había dicho iba en contexto. Pero no dejaba de desear no estar más ahí. Se terminó mi vaso, y propuse pedir la cuenta. El se negó. Fue entonces que le dije “No estaba pensando… no quería estar aquí, fue sólo que no quise quedar mal contigo!” Sonrió y llamó al mesero. No hubo momento más incómodo que aquel. Aunque decir la verdad nunca había sido tan liberante.
IsSabeLLe
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