Continuación

No dude, y me levante para seguirla, comenzaba a extrañar la paz y el silencio. Me tomo de la mano, y me dijo que aun no era el momento de irme, aún había mucho por hacer. Pero no entendí a que se refería, era obvio que la guerra nunca iba a terminar, y yo no quería irme hasta vencer más enemigos, hasta encontrar la verdad y poder dar el corazón.
Hicimos un recorrido, empezamos en mi niñez, mis carcajadas, mis juegos y la pequeña madurez que era igual a mi tamaño. Comenzaba a dar muestras de mi amor a la aventura, aunque en ese entonces los golpes dolían menos, y mi madre me quitaba el dolor con solo darle un beso a mis heridas. Recuerdo mi amor por los dulces, se volvió vicio y tuve serios problemas por eso, pero siguen siendo una adicción.

Recordé bien el lugar donde había pasado la mayor parte de mi infancia, enriquecí mis memorias.

Nuestra siguiente parada había sido la escena en donde yo había aceptado la misión de entrar en la lucha, y en donde hacia un compromiso con mi propia felicidad, no estaba arrepentida. Y lloré al ver a mis compañeros muertos en el campo de batalla, y me alegre al ver a los que habían ganado su propia lucha, eran mayoría.

Después entramos en un lugar extraño, era acogedor, y había una luz clara; se respiraba una enorme paz y existía mucha tranquilidad. Y tuve una visión, era yo y una gran familia, todos alrededor de una mesa blanca, de pronto la tranquilidad se vio transformada por la carcajada de uno de mis cuatro hijos, era el más pequeño, y eso se volvió relajante, aun mas cuando todos reíamos de su reacción tan espontánea. Y mi casa era tal como la había soñado, mi marido debe haber sido diseñador o arquitecto, o tal vez solo un loco con mucha creatividad y claro que yo le había puesto el complemento, quizá fue al revés. Eso no importaba ahora, yo no podía quitar la vista de mis hijos, eran tan hermosos.

Pero el momento de regresar llego. Y la aparición tomo sutilmente mi mano y me llevo de regreso al polvo, y al estruendoso ruido de las balas y los cañones, comenzaba a estar consciente.Pero ahora la furia se habría transformado en fuerza, quizá era mi momento para vencer todos mis miedos, era el momento de gritarles la verdad y verlos caer vencidos. En ese momento tenia pistas sobre la verdad. Y lo mejor es que tenía un motivo muy grande para poder luchar incansablemente por el amor que había visto en aquella hermosa visión, y estaba dispuesta a darlo todo. Y así es como comenzó mi nueva lucha, una que esta vez no me permitiría sufrir ni caer rendida. Esta vez obtendría la victoria sobre mis propios miedos, y conseguiría ser feliz, tal y como lo había soñado.

IsSa