Cuando tienes las cosas no sabes en que forma tomarlas, no sabes si quiera si te van a durar. Las oportunidades van y vienen con mucha facilidad. A mi se me hacia fácil creer en el destino, las cosas que imaginaba era fácil vivirlas en verdad. La realidad no era muy amiga mía, pero conocí la frustración y el desencanto, todo en el mismo lugar, mi vida.
Ser infeliz no es lo mío, mi ventaja es que puedo dibujar una sonrisa muy fácilmente en mi cara y en la de los demás. Eso me ha ayudado. Estar sola tampoco, por que se que mucha gente me quiere y eso no cualquiera lo tiene. Muchas veces me es difícil expresar lo que siento, por pena, y por que no quiero caminar el mismo camino que otros han pisado. No me gusta la rutina, y siempre intento liberarme. Lo mío es volar, es por eso que no me gusta la realidad, por que para ser real hay que tener los pies bien puestos en la tierra y a mi no me sale. O, si me sale pero prefiero soñar. Los sueños son más cómodos, los actores son como uno quiere, los episodios pasan “al gusto” y los finales por lo regular son más dulces. A eso me dedico. Es por eso que me duele enfrentarme a un mundo donde soñar es en vano, nunca pasan las cosas como uno quiere que pasen, donde hay palabras que sirven para curar los males pero hay palabras que también hieren. Nadie lo nota, es el corazón el que las resiente.